La muerte de Enrique Pradas, que en pocas semanas iba a cumplir 25 años, "ha sido una verdadera tragedia para un pueblo tan pequeño como Bejís, donde apenas hay jóvenes. Él era un chaval excepcional, un bromista, muy querido por todos", explicó uno de sus vecinos.
De profesión oficial soldador, Enrique era el mediano de tres hermanos. A los 18 años se fue a trabajar a Segorbe -en una empresa de colocación de puertas- y de allí se marchó a Valencia a una constructora, pero seguía muy vinculado al pueblo. "Era de aquí, donde viven sus padres y de donde es su novia, Esther, una chica de 20 años que está destrozada", explicaron. "Siempre estaba por aquí, cuando tenía un rato libre se venía de Valencia y estaba con sus amigos", añadieron sus vecinos.
La fatídica noticia generó una gran conmoción en el municipio. "Su madre ha tenido que ser atendida por los médicos por un ataque de ansiedad, y su padre, delicado del corazón, también".
Su pandilla, y todos los jóvenes de la localidad, mostraron su consternación y desolación tras lo sucedido. "Se va lo mejor del pueblo", indicaron.
/Las Pronvincias de Castellón/
De profesión oficial soldador, Enrique era el mediano de tres hermanos. A los 18 años se fue a trabajar a Segorbe -en una empresa de colocación de puertas- y de allí se marchó a Valencia a una constructora, pero seguía muy vinculado al pueblo. "Era de aquí, donde viven sus padres y de donde es su novia, Esther, una chica de 20 años que está destrozada", explicaron. "Siempre estaba por aquí, cuando tenía un rato libre se venía de Valencia y estaba con sus amigos", añadieron sus vecinos.
La fatídica noticia generó una gran conmoción en el municipio. "Su madre ha tenido que ser atendida por los médicos por un ataque de ansiedad, y su padre, delicado del corazón, también".
Su pandilla, y todos los jóvenes de la localidad, mostraron su consternación y desolación tras lo sucedido. "Se va lo mejor del pueblo", indicaron.
/Las Pronvincias de Castellón/
